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Fernando del Rincón: el reality show de Donald Trump
05:02 - Fuente: CNN

(CNN) – El martes por la tarde se le preguntó al líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, sobre el discurso del presidente Donald Trump del lunes por la noche y su decisión de retirar por la fuerza a los manifestantes pacíficos antes de una sesión de fotos frente a la Iglesia de Saint John’s.

“No voy a criticar los actos de otros”, dijo el líder republicano electo de más alto rango en el Congreso.

Esas ocho palabras equivalen a una notable abdicación del papel de McConnell como líder, por derecho propio, de uno de los dos partidos principales en este país. Pero tristemente, la respuesta de McConnell es la regla más que la excepción entre sus colegas republicanos del Senado.

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“No estaba pendiente, lo siento”, dijo el senador de Louisiana Bill Cassidy.

“Realmente no lo vi”, dijo el senador de Wisconsin Ron Johnson.

“Estaba agradecido por el liderazgo del presidente”, dijo el senador de Montana Steve Daines.

Eh, OK. Seamos muy claros con lo que sucedió aquí. El presidente de Estados Unidos dio un discurso sobre la necesidad de “dominar” las calles a raíz de las protestas que surgieron después de la muerte de George Floyd, un hombre negro que fue sometido y que murió mientras estaba bajo custodia policial de Minneapolis.

Luego, el presidente, en un claro intento de refutar la historia de que tuvo que ser llevado a un búnker debajo de la Casa Blanca para protegerlo de los manifestantes en el Distrito de Columbia el viernes pasado, cruzó la calle H hasta la iglesia de Saint John’s y sostuvo una biblia en alto, poco después de que la policía había retirado a la fuerza a manifestantes pacíficos del Parque Lafayette.

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Sí, todo eso sucedió. En Estados Unidos. En 2020. En medio de continuas protestas y disturbios. Y una pandemia global.

Que McConnell se niegue a comentar sobre “los actos de otros” cuando hay mucho en juego y el comportamiento del presidente es tan anormal es simplemente mayor evidencia de cuán absoluta es la complicidad del Partido Republicano en el enfoque radical de Trump sobre la presidencia.

El punto: momentos de crisis como este exigen a los políticos que están dispuestos a ir más allá de sus burbujas partidistas para liderar. Este no es el caso.