Nota del editor: Pedro Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de varios libros sobre temas internacionales y colaborador en publicaciones de diferentes países. Es profesor de Sociología en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Director de Nodal, un portal dedicado a las noticias de América Latina y el Caribe. Es columnista del canal de noticias C5N (Argentina), y en el programa “En la frontera” de PúblicoTV (España), así como en las radios argentinas Radio 10, La Red, La Tribu y LT9 Santa Fe. Brieger ha ganado importantes premios por su labor informativa en la radio y televisión argentinas. Las opiniones expresadas aquí son suyas. Lee más columnas en CNNE.com/opinión.
(CNN Español) – Sorpresa y conmoción. Dos palabras que resumen el impacto que producen los disturbios que estallaron en Estados Unidos a raíz del asesinato de George Floyd en la ciudad de Minneapolis el 25 de mayo. Sorpresa, por el momento que atraviesa el país con más de 100.000 muertes por el covid-19 y más de 42,6 millones de personas que piden un subsidio de desempleo. Conmoción, por la magnitud y extensión de la protesta.
Como tantas otras veces en la historia, una mecha inesperada enciende una pradera. En realidad, no debería sorprender la protesta, ya que el asesinato de Floyd se suma a una larga lista de asesinatos de personas negras a manos de policías, mayormente blancos, que luego ni siquiera son condenados. Por otra parte, la pandemia está afectando a la población negra en un porcentaje mayor al que representa dentro de la sociedad. Un coctel explosivo.
La población negra –una vez más– pide que sus históricos reclamos sean escuchados por quienes ejercen el poder, mayoritariamente gente blanca. La consigna “Si no hay justicia no hay paz” coreada en las marchas es el sentimiento de miles de personas, sintetizado con una referencia histórica por la activista negra Tamika Mallory cuando dijo: “Aprendimos la violencia de ustedes”. Ella verbalizó un grito que se remonta a los millones de esclavos y esclavas que fueron traídos de manera violenta del África hace siglos, mantenidos en la esclavitud durante tanto tiempo y que aún sienten que la vida de una persona negra vale menos que la vida de una blanca.
Estados Unidos es un país que nació y se desarrolló en torno de la violencia, pública y privada. La independencia, la esclavitud, la Guerra Civil, las invasiones a numerosos países, Vietnam, los magnicidios de cuatro presidentes y varios políticos y dirigentes sociales, o la muerte de más de 37.000 personas al año por el uso de armas de fuego son algunos de los hechos grabados a fuego en la memoria colectiva. Todos extremadamente violentos.
Con estos antecedentes históricos es casi un milagro que la mayoría de las manifestaciones actuales sean pacíficas, mientras el actual presidente echa más leña al fuego.