Investigadores de la Universidad de Cambridge estudiaron por qué hay mujeres que experimentan menos dolor que otras en el parto.

(CNN) – Científicos descubrieron que las mujeres que no necesitan una epidural durante el parto podrían ser portadoras de una variante genética rara que les proporciona un umbral mucho más alto para el dolor.

Solo cerca de una de cada 100 mujeres tiene esta variante, que reduce la capacidad de las células nerviosas de enviar señales de dolor al cerebro, descubrieron investigadores de la Universidad de Cambridge.

El gen actúa en esos casos como una epidural natural, y podría explicar por qué el parto es una experiencia menos dolorosa para un pequeño número de mujeres.

Los investigadores hicieron pasar a un grupo de mujeres que habían parido sin solicitar un alivio para el dolor por una serie de ejercicios que permitían probar su resistencia frente al malestar. Las pruebas incluyeron aplicar calor y presión en sus brazos y pedirles que sumergieran las manos en agua helada.

En comparación con otro grupo de madres que sí necesitaron un alivio para el dolor, se demostró que tenían un umbral mucho más alto antes de experimentar dolor.

“Es inusual que las mujeres no soliciten óxido nitroso o la epidural para aliviar el dolor durante el parto, particularmente cuando dan a luz por primera vez”, dijo el Dr. Michael Lee, coautor principal del estudio, en un comunicado de prensa.

“Cuando hicimos las pruebas a estas mujeres, fue claro que su umbral de dolor era generalmente mucho más alto que para otras mujeres”, dijo Lee, profesor de la División de Anestesia de la Universidad de Cambridge.

La investigación luego exploró sus códigos genéticos, y los científicos encontraron una variante única de una célula que estaba presente en muchas de las mujeres que no necesitaban ayuda durante el parto.

Involucraba al gen KCNG4, que ayuda a producir proteínas que crean una “puerta”, controlando la señal eléctrica que fluye a lo largo de las células nerviosas y hacia nuestros cerebros.

“La rara variante redujo la sensibilidad de este guardián de la puerta a las señales eléctricas que tenían la capacidad de abrir la puerta y encender los nervios”, encontraron los investigadores.

“La variante genética que encontramos en las mujeres que sienten menos dolor durante el parto conduce a un ‘defecto’ en la formación del interruptor de las células nerviosas”, explicó el coautor Ewan St. John Smith. “De hecho, este defecto actúa como una epidural natural”, agregó.

“Significa que se necesita una señal mucho mayor —en otras palabras, contracciones más fuertes durante el parto— para encenderlo”, dijo Smith, PhD del Departamento de Farmacología de Cambridge. “Esto hace que sea menos probable que las señales de dolor puedan llegar al cerebro”, explicó.

“No solo hemos identificado una variante genética en un nuevo jugador subyacente a las diferentes sensibilidades al dolor”, agregó el coautor Frank Reimann, profesor de Señalización Endocrina en el Departamento de Bioquímica Clínica de Cambridge. “Esperamos que esto pueda abrir caminos para el desarrollo de nuevos medicamentos para controlar el dolor”, explicó.

El estudio fue publicado en la revista Cell Reports el martes.

Otro estudio de 2018 descubrió que las epidurales, que reducen el dolor experimentado durante el trabajo de parto, estaban relacionadas con un menor riesgo de depresión posparto, aunque sus autores advirtieron que otros factores podrían desempeñar un papel más importante.

La popularidad de las epidurales está aumentando entre las mujeres en Estados Unidos, descubrieron investigadores de la Universidad de Stanford al recopilar datos sobre millones de nacimientos en la última década.