(CNN Business) – Los precios del oro se dispararon a un máximo histórico, en momentos en que los inversores buscan lugares seguros en los que refugiarse a medida que aumentan las preocupaciones sobre un resurgimiento del coronavirus y el impacto que podría tener en la economía global.
El oro llegó a 1.944 dólares por onza el lunes, superando su récord anterior de 1.921 dólares que data de 2011 (cerró el día en 1.939 dólares). Ha ganado alrededor de un 27% en lo que va del año. La plata también recibió un impulso, subiendo más del 6% para llegar a 24,21 dólares la onza y eclipsando el máximo de siete años que había alcanzado el jueves.
“El oro es el claro beneficiario de la demanda de un refugio seguro”, dijo Stephen Innes, estratega jefe de mercados globales de AxiCorp, en una nota de investigación. Y la carrera puede no haber terminado todavía. Los analistas de UBS esperan que el oro alcance los 2.000 dólares antes de fin de año, impulsado por las bajas tasas de interés de Estados Unidos, un dólar más débil y la tensión entre el país norteamericano y China.
El principal impulsor detrás de la recuperación del oro ha sido la caída de los rendimientos de los bonos del Gobierno de Estados Unidos, lo que refleja la probabilidad de que la Reserva Federal tenga que mantener las tasas de interés más bajas durante un período prolongado para apoyar la recuperación económica, según Hussein Sayed, estratega jefe de mercado en FXTM. Eso también ha servido para debilitar al dólar estadounidense, que se cotiza a un mínimo en 22 meses de 0,85 euros y un mínimo de cuatro meses frente al yen japonés.
“Eso se debe en parte a la sensación de que Estados Unidos está teniendo más dificultades para controlar el virus que otros, lo que hará que la economía de Estados Unidos tenga un rendimiento inferior”, dijo Kit Juckes, estratega jefe de Societe Generale.
Hay una creciente evidencia de que la frágil recuperación económica de Estados Unidos ya se está estancando, a medida que aumenta el número de infecciones y muertes por coronavirus. Los reclamos por desempleo están aumentando nuevamente por primera vez en meses y existe la preocupación de que la expiración del aumento de 600 dólares a los beneficios de desempleo establecido por el Gobierno, que está prevista para el viernes, suponga otro golpe al gasto del consumidor.
Austan Goolsbee, quien presidió el Consejo de Asesores Económicos del presidente Barack Obama después de la crisis financiera de 2008, dijo a CNN Business que Estados Unidos podría enfrentarse a otro colapso financiero si la pandemia no se controla rápidamente.
“Quien llegue allí en enero de 2021 podría enfrentar peores condiciones que en 2009, por difícil que sea de creer”, dijo Goolsbee, refiriéndose a las próximas elecciones presidenciales.
Signos preocupantes también en Europa
En otros lugares sigue habiendo un sentimiento de fragilidad luego de un aumento en los casos de coronavirus en España, que llevó al gobierno del Reino Unido a imponer una cuarentena de 14 días a todas las personas que regresan del país. Los inversores temen que las restricciones puedan extenderse, retrasando la recuperación económica.
El aumento de los casos ya afectó las reservas de vuelos, según el director ejecutivo de Ryanair, Michael O’Leary. La aerolínea de bajo costo más grande de Europa ahora espera transportar un 60% menos de pasajeros durante los 12 meses hasta abril de 2021 en comparación con el año anterior. “Eso dependerá por completo de que no haya una segunda ola de covid-19 en (otoño) e invierno (boreales)”, dijo O’Leary el lunes.
En un nuevo informe publicado el lunes, los economistas de EY pronostican que el Producto Bruto Interno del Reino Unido se contraerá un 11,5% en 2020, en comparación con la caída del 8% que esperaban en junio. Una segunda ola de coronavirus y el fracaso de las conversaciones comerciales posteriores al Brexit con la Unión Europea empeorarían las cosas.
“La economía del Reino Unido puede haber superado su punto más bajo, pero parece cada vez más probable que la recuperación sea mucho más larga de lo esperado”, señaló Howard Archer, principal asesor económico de EY.
Matt Egan y Julia Horowitz contribuyeron a este informe.