(CNN) – Corea del Norte afirma que probó un misil balístico intercontinental (ICBM) en la mañana de este jueves, un lanzamiento que se cree ha logrado el mayor tiempo de vuelo hasta ahora para un proyectil norcoreano de estas características.
La prueba se llevó a cabo a pocos días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos del próximo martes, y llega después de advertencias de la agencia de inteligencia de Corea del Sur de que Pyongyang planeaba lanzar un ICBM para probar su tecnología de reentrada alrededor de la fecha de las elecciones.
La prueba también se produce mientras Corea del Norte parece haber intensificado sus esfuerzos de producción nuclear y fortalecido sus lazos con Rusia, lo que profundiza la preocupación generalizada en Occidente sobre la dirección de la nación aislada.
El misil fue disparado en un “ángulo elevado”, lo que significa que voló casi verticalmente hacia arriba en lugar de hacia afuera, y recorrió una distancia de 1,000 kilómetros (620 millas), según el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur (JCS).
Las autoridades japonesas informaron que el misil voló durante unos 86 minutos y alcanzó una posible altitud de 7,000 kilómetros (4,350 millas), antes de caer en el mar al oeste de la isla Okushiri en el norte de Hokkaido alrededor de las 8:37 a.m., fuera de la zona económica exclusiva de Japón, según la cadena pública NHK.
“El tiempo de vuelo fue el más largo de la historia. Posiblemente el misil más nuevo de todos”, dijo el ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani.
El portavoz del Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur, Lee Sung-joon, dijo que podría haber sido un “nuevo tipo de misil balístico de largo alcance propulsado por combustible sólido” disparado desde un lanzador móvil de 12 ejes (TEL) que Pyongyang reveló el mes pasado.
Los misiles de combustible sólido, como el Hwasong-18 de Corea del Norte, permitirían a Pyongyang lanzar ataques nucleares de largo alcance más rápidamente que con misiles que utilizan tecnología de combustible líquido.
Según los expertos, los misiles balísticos intercontinentales de combustible sólido son más estables y pueden desplazarse más fácilmente para evitar ser detectados antes de un lanzamiento que puede iniciarse en cuestión de minutos, en comparación con los misiles de combustible líquido, que pueden necesitar horas antes del lanzamiento, lo que da tiempo a los adversarios a detectar y neutralizar el arma.
Corea del Norte afirmó que el lanzamiento “demostró la modernidad y credibilidad de la disuasión estratégica más poderosa del mundo”, según los medios de comunicación estatales del país.
Los medios estatales también informaron que el líder norcoreano Kim Jong Un estaba en el lugar del lanzamiento y se refirió a la prueba como “una acción militar apropiada”.
Si se confirma que el misil es un ICBM, sería el primer lanzamiento de este tipo de Corea del Norte desde su prueba del misil Hwasong-18 en diciembre de 2023. También lanzó el arma en abril y julio del año pasado.
Durante la prueba de diciembre, las autoridades japonesas informaron que el misil voló con una trayectoria muy elevada durante unos 73 minutos y a una altitud de 6.000 kilómetros (3.700 millas).
El misil lanzado este jueves voló más alto que el anterior ensayo de ICBM de Corea del Norte, según los primeros análisis de las Fuerzas Armadas de Corea del Sur.
Aunque el misil tenía autonomía para alcanzar cualquier punto de Estados Unidos, tendría que dispararse con una trayectoria más plana para impactar en el país.
La Casa Blanca condenó la prueba este jueves como “una violación flagrante de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Sean Savett, afirmó que el lanzamiento “eleva innecesariamente las tensiones” en la región y que Estados Unidos “tomará todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad del territorio nacional estadounidense y de la República de Corea y sus aliados japoneses”.
En respuesta a la prueba del misil, Corea del Sur y EE.UU. realizaron un simulacro aéreo conjunto a gran escala en el que participaron unos 110 reactores que simulaban “un ataque preciso contra el TEL del enemigo”, según informó el Ministerio de Defensa de Seúl.
“Nuestras fuerzas armadas mantendrán siempre la preparación y la capacidad para responder de forma contundente a cualquier provocación de Corea del Norte”, afirmó el ministerio.
Tecnología nuclear y lazos con Rusia
En el lugar del lanzamiento, Kim afirmó que su país “nunca cambiará su línea de reforzar sus fuerzas nucleares”, informó el jueves la cadena KCNA.
Además de una prueba de misil balístico intercontinental, la agencia de inteligencia militar de Corea del Sur también advirtió que Corea del Norte podría realizar pronto su séptima prueba nuclear.
El miércoles, la agencia dijo que Pyongyang había terminado los preparativos para una prueba de este tipo en su centro de pruebas de Punggye-ri, y que la prueba podría ocurrir alrededor del momento de las elecciones de EE.UU., de acuerdo con dos legisladores informados durante una reunión parlamentaria ordinaria.
Desde que realizó su primera prueba nuclear hace más de una década, Corea del Norte ha avanzado en sus capacidades armamentísticas, con la ambición de miniaturizar una ojiva para que pueda caber en un misil de largo alcance.
El lanzamiento se produce después de que funcionarios estadounidenses y surcoreanos dijeran que miles de tropas norcoreanas están entrenando en Rusia, con la expectativa de que se estén preparando para un posible despliegue en las líneas del frente de la guerra de Moscú contra Ucrania.
El Pentágono estimó el lunes que unos 10.000 soldados norcoreanos están recibiendo entrenamiento militar en el este de Rusia. El secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, dijo el miércoles que algunas tropas se han acercado a Ucrania, se les han dado uniformes militares rusos y están utilizando equipo ruso.
El ministro de Defensa de Corea del Sur, Kim Yong Hyun, dijo que es “muy probable que Corea del Norte pida” a Moscú tecnología avanzada relacionada con armas nucleares a cambio de desplegar tropas para ayudar a Rusia.
Pyongyang probablemente solicitará transferencias de tecnología rusa relacionadas con armas nucleares tácticas, el avance de los misiles balísticos intercontinentales norcoreanos, satélites de reconocimiento y submarinos nucleares, dijo el ministro.
EE.UU., Corea del Sur y Japón “condenan” lanzamiento del ICBM norcoreano
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, tuvo este jueves una llamada conjunta con sus homólogos de Corea del Sur y Japón para “condenar enérgicamente” el lanzamiento de un misil balístico intercontinental por parte de Corea del Norte.
En una declaración conjunta, EE.UU., Corea del Sur y Japón pidieron a Pyongyang que retome el diálogo y “cese inmediatamente su serie de acciones provocadoras y desestabilizadoras que amenazan la paz y la seguridad en la península coreana y más allá”.
La declaración de los tres países también señaló que el lanzamiento tuvo lugar después de que Corea del Norte anunciara que su constitución define ahora a Corea del Sur como un “estado hostil”.
“Estados Unidos y Japón reiteraron su apoyo a una Península de Corea unificada pacíficamente, libre y en paz”, decía la declaración conjunta.
Las tres naciones afirmaron su compromiso de redoblar los esfuerzos para bloquear los ingresos ilícitos que financian los programas armamentísticos de Corea del Norte.
EE.UU., Corea del Sur y Japón también condenaron “en los términos más enérgicos la profundización de la cooperación militar entre la República Popular Democrática de Corea (RPDC) y Rusia, incluidas las continuas transferencias ilegales de armas, así como el reciente despliegue de tropas norcoreanas en Rusia”.
La declaración reiteró que los compromisos de EE.UU. con la defensa de Corea del Sur y Japón “son férreos y están respaldados por toda la gama de capacidades, incluida la nuclear”.
“Además, los tres países seguiremos reforzando nuestra cooperación trilateral en materia de seguridad para disuadir y responder con mayor eficacia al avance de las amenazas nucleares y de misiles balísticos de la RPDC”, añade.
Brad Lendon y Natasha Bertrand de CNN contribuyeron con el reportaje.