(COMBO) This combination of file pictures created on October 27, 2024, shows Uruguay's presidential candidate for the Partido Nacional (National Party), Alvaro Delgado, casting his vote during the presidential and legislative elections in Montevideo on October 27, 2024, and Uruguay's presidential candidate for the Frente Amplio party, Yamandu Orsi, gestures as he casts his vote during the presidential and legislative elections in Canelones, Uruguay, on October 27, 2024. Orsi, a leftist history teacher, and Delgado, a center-right veterinarian, will go head-to-head for the presidency of South America's most stable democracy, Uruguay, after leading a first round of voting on October 27. (Photo by SANTIAGO MAZZAROVICH / AFP) (Photo by SANTIAGO MAZZAROVICH/AFP via Getty Images)
Claves para entender las elecciones en Uruguay: festejos e incertidumbres de cara a la segunda vuelta
02:32 - Fuente: CNN

(CNN Español) – Barajar y dar de nuevo. La carrera presidencial en Uruguay dejó a nueve candidatos en el camino en la primera vuelta y solo quedan dos en la contienda hacia la Torre Ejecutiva: Yamandú Orsi, del centroizquierdista Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del centroderechista Partido Nacional. Los uruguayos presenciarán poco menos de un mes más de campaña antes para elegir el 24 de noviembre a su próximo presidente.

Los dos candidatos en pie ya empiezan a tejer alianzas. Y es que tanto Orsi como Delgado buscan convencer a los votantes no solo de que su opción es la mejor, sino, sobre todo, de que su partido será capaz de asegurar mayor gobernabilidad con un Parlamento que quedó dividido tras los comicios del 27 de octubre.

Cuando faltan contarse solamente los votos observados, los resultados primarios le dan al Frente Amplio la mayoría absoluta del Senado (16 senadores de 30) y también 48 de las 99 bancas en la Cámara de Representantes. Allí hay más división, con la presencia de varios partidos chicos y sin mayoría absoluta de ningún bloque.

“Creo que tenemos muchas más ventajas para la celeridad en las medidas urgentes que el país necesita, porque tenemos esas mayorías aseguradas en el Senado”, dijo Orsi en entrevista con Telemundo el martes. “La gente nos dio un mensaje: nadie tiene mayorías (…) Hoy nadie tiene mayoría parlamentaria porque eso implica tener mayoría en las dos cámaras”, retrucó al otro día, en el mismo informativo, Álvaro Delgado.

Orsi dijo que la negociación ha sido siempre “su prédica y su práctica”, que durante su mandato como intendente de Canelones logró acuerdos, aunque tenía las mayorías, y que eso lo convierte en la mejor opción para gobernar: “Lo principal es que mi campaña no va a ser contra el Partido Nacional o el Partido Colorado, sino a favor de un proyecto del país. Es algo que nos diferencia, porque ellos definieron que es contra el Frente Amplio”.

Delgado, por su parte, dijo que cree que es necesario llegar a acuerdos con los demás partidos, incluyendo el Frente Amplio: “No solo llegar a acuerdos, sino que la gestión de algunos temas no necesariamente sea con miembros de la coalición. Porque si llegamos a acuerdos pensamos en una lógica mucho más… ni Peñarol ni Nacional: Uruguay”.

Según analistas políticos, hay dos perspectivas para ver la foto de la pole position electoral: por un lado, que el opositor Orsi arranca un paso más adelante, al haber sido el partido individual más votado en la primera vuelta (44%) y haber conseguido la mayoría absoluta del Senado. Por el otro, que los cuatro partidos que integran la actual coalición de Gobierno sumaron en total más votos que el Frente Amplio. Por ende, si esos ciudadanos vuelven a votar a los partidos que ahora apoyan a Álvaro Delgado, éste tendría la mayoría en el balotaje.

Ignacio Zuasnabar, director de la consultora Equipos, dijo a la publicación Búsqueda que hay una especie de “empate”. Agregó que “los dos tienen elementos para mostrar resultados positivos a partir de lo que ocurrió el domingo. Si uno mira una perspectiva más larga, evidentemente seguimos en un país donde hay dos bloques con peso similar”. “Esta elección va a estar definida por microsegmentos, es decir, segmentos muy pequeños de electores”, agregó Zuasnabar.

Delgado se cree capaz de retener a los votantes de los distintos partidos que integraron la coalición oficialista liderada por el presidente Luis Lacalle Pou (Partido Nacional, Partido Colorado, Partido Independiente y Cabildo Abierto), y también de sumar votantes de los partidos pequeños que tuvieron menos del 1% de los votos cada uno. Por eso, dijo que confía en ganar por una diferencia “más amplia” que la que su sector logró en 2019. Manifestó que no cree que haya “fuga” de votos hacia la oposición, que la coalición que gobernó los últimos cinco años “llegó para quedarse” y que los votantes “silenciosamente irán a elegir el camino de la continuidad”.

Orsi, en cambio, espera que ocurra lo que ya ha pasado en otros balotajes: que su partido crezca en los votos obtenidos. “Históricamente, en la segunda vuelta los candidatos del Frente Amplio suelen recoger un porcentaje” importante de votos que no obtuvieron en la primera vuelta. Añadió que en la segunda vuelta “lo partidario pasa a segundo orden” y que “es muy difícil” que los candidatos puedan “arrear de manera automática a los votantes”.

En cualquier caso, uno y otro tendrán que enfrentarse a una Cámara de Representantes dividida, en la que el partido Identidad Soberana, liderado por el abogado Gustavo Salle, obtuvo dos diputados clave para alcanzar cualquier mayoría. Salle es un político que se define como antisistema y antivacunas. Anunció que votará “anulado”, y declaró respecto a su ingreso al Parlamento: “Entramos en la cueva de los vendepatrias”.

A partir de ahora, ambas campañas realizan una ronda de entrevistas en medios de comunicación masivos, planean volver a recorrer el país de punta a punta, buscando el contacto directo con los votantes tan habitual en la política uruguaya, y organizan a sus equipos de trabajo.