Surface Book 3: lo mejor de una laptop y una tablet
El mundo de la informática vive en un periodo de transición desde hace años, uno en el que las computadoras convencionales compiten con las tabletas y los celulares más avanzados por la atención de los usuarios.
Esta competencia está cambiando la esencia de lo que es una computadora y ninguna compañía está tan enfocada en buscar el nuevo papel que deben jugar estos dispositivos como Microsoft con la gama Surface.
Surface inició su andadura como una tableta parecida en filosofía al iPad de Apple, pero con el tiempo se ha convertido en toda una familia de productos en el que tienen cabida diseños más tradicionales, como el Surface Laptop, junto a ideas realmente sorprendentes como Surface Studio (una enorme PC táctil que puede utilizarse como superficie de dibujo).
El Surface Book 3 es otro de esos ejemplos de ideas revolucionarias que, poco a poco, van encajando en la forma que tenemos de usar hoy en día las computadoras. Hemos pasado las últimas semanas probando la versión de 13 .5 pulgadas (también está disponible en 15 pulgadas) equipada con procesador i7, 32 GB de RAM y una tarjeta Nvidia 1650 con 4 GB de memoria dedicada.
El precio de esta configuración es de $2.699, pero los modelos con procesador menos potentes se pueden conseguir desde $1.398.
Diseño
El truco principal del Surface Book 3 es uno que nunca te cansas de enseñar y que siempre sorprende a quienes lo ven por primera vez. Parece una laptop convencional pero, al pulsar un botón, es posible separar la pantalla del teclado y transformar la máquina en una tableta.
La pantalla tiene el procesador y algunos componentes internos, por lo que es un poco pesada, pero gracias a su sorprendente sistema de bisagra, el conjunto se comporta de forma muy parecida a una laptop convencional. Al cerrarse, eso sí, la bisagra deja un espacio algo más grande de lo habitual entre las dos partes del dispositivo, pero aunque queda raro, al principio, es una curve muy cómoda de sujetar en la mano. Conviene, eso sí, no ponerlo en la mochila o la bolsa con otros objetos que puedan introducirse por esa abertura.
El dispositivo está fabricado en magnesio, que le da una textura y una sensación muy diferente a la que se obtiene en las PC y Mac de aluminio. No es que sea una máquina ligera en general: pesa 2,8 kilos, pero el conjunto está bien equilibrado.
La pantalla tiene biseles considerables porque está pensada para funcionar también como tableta y por tanto tiene que ofrecer una zona de agarre, pero es un compromiso aceptable y la calidad... la calidad es espectacular.
De entrada, tiene una relación de aspecto 3:2, que es mejor que las pantallas panorámicas que suelen tener las computadoras, sobre todo cuando queremos usar la Surface Book como tableta en modo vertical. Con una resolución de 3.000 x 2.000 pixeles presume también de una definición sorprendente.
Y por supuesto es táctil y, además, compatible con el bolígrafo digital inteligente de la gama Surface, así que se puede dibujar o escribir a mano sobre ella.
¿Qué hay del teclado? Pocas objeciones. Es cómodo a la hora de escribir, con teclas de buen agarre y recorrido. Lo único que nos hubiera gustado es un trackpad aún más grande. Se queda algo constreñido para las dimensiones del dispositivo, aunque la sensación táctil es muy buena.
Potencia
Es fácil dejarse llevar por la impresión de que estamos en una máquina que prioriza el diseño frente a la potencia, pero es un error. El Surface Book 3 es sorprendentemente potente y un equipo que se defiende incluso con algunos juegos de última generación.
Esto es especialmente cierto cuando el equipo está conectado a la base con teclado. La pantalla sólo tiene gráficos integrados de Intel en la CPU. La tarjeta Nvidia, con más memoria, está situada bajo las teclas.
Un detalle importante es que la pantalla se puede acoplar al revés, dejándola en lo que sería la parte exterior de la computadora. Esto es útil cuando se trabaja con aplicaciones de diseño, ya que se mantiene el acceso a la tarjeta de vídeo dedicada pero al mismo tiempo toda la superficie se puede usar como una inmensa tableta de diseño gráfico.
Estamos insistiendo mucho, sin duda, pero realmente esta posibilidad de quitar la pantalla y conectarla en dos sentidos diferentes es lo que le da al Surface Book 3 tanta flexibilidad y sin duda la cualidad que lo define.
No hay quejas sobre la duración de la batería. Surface Book 3 es más que capaz de aguantar un día de trabajo. Tiene, como cabría esperar, dos baterías: una en la pantalla y otra en la base. Por lo tanto, para la mayor duración de la batería, querrás tenerlo en modo conectado. Si usas la tarjeta gráfica dedicada, evidentemente la autonomía se resentirá un poco más, pero aún así es suficiente para la mayoría de trabajos.
En resumen
La tercera versión de Surface Book mantiene el diseño de las versiones anteriores, pero eso no es necesariamente malo. Cuando Microsoft presentó la primera versión, parecía sin duda una idea arriesgada.
Con el tiempo, sin embargo, esta máquina ha conseguido convertirse en una alternativa muy válida para muchos tipos de usuario, sobre todo los más creativos. Es genial poder pasar de tener una tableta a una laptop convencional en menos de tres segundos (y viceversa).
Los inconvenientes siguen ahí. Como tableta es un poco más pesada de lo que esperarías de un iPad, por ejemplo, y la bisagra, aunque tiene un diseño inteligente, no es ideal para transportar el equipo en una bolsa. pero en general, es una computadora muy sólida que garantiza miradas de sorpresa y potencia suficiente para el día a día.