¡Las que sea! Cuando grabamos Destinos, tengo dos armas secretas. La primera -y la más visible- es Alejandra, mi presentadora, ¡que se apunta para las que sea! La segunda es Asdrúbal, mi camarógrafo, que se mantiene siempre a tres pasos de distancia de nosotras dos. Aunque en esta foto no lo ves, es él quien nos brinda esta perspectiva, grabando con la GoPro. Estaba metido hasta los hombros, tragando agua y sal por igual, aguantando el calor y el azote de las olas para captar la clase de surf. Así empezó un día que duró 16 horas de trabajo en Cabarete, en la República Dominicana. Nos encontrábamos filmando una secuencia con Alejandra y el gran surfista Luciano González.
Adrenalina + estrés. Esta playa es Kite Beach, y es de renombre mundial porque aquí el pasatiempo del kitesurfing reúne a los mejores del mundo, en un día cualquiera. Aquí encuentras el cielo pintado por entre 40 y 50 surfistas. Una maravilla para fotografiar, pero que se convierte casi en una pesadilla si quieres grabarlo con un drone y, haciéndolo aún más complicado, seguir a un surfista en particular, en este caso a Luciano. La clave era no enredarnos con las pitas del "kite", porque podríamos poner en peligro la vida de los surfistas. El estrés se agranda al tener que manejar el drone con tantos elementos en movimiento, velar la ruta del drone, el viento... Era imposible saber en que dirección iban los surfistas, para no chocar contra ellos cuando saltaban sus olas. Mis respetos a mi camarógrafo Asdrúbal, que por una media hora, luchó contra todo esto. Como productora estaba claro: no había otra opción, teníamos que grabar los surfistas en plena acción, pero pensándolo bien, fui muy ambiciosa en querer esta toma. Nos tenías que ver, allí nos estábamos los tres, Asdrúbal, el asistente Daniel y yo, bajo una camiseta sudada tapándonos del sol para ver la imagen del drone en la pantalla, todo para lograr una secuencia soñada.
Lo que no se vio en la pantalla... Llegamos a San Francisco de Macorís en búsqueda del chocolate Dominicano para vivir un dulce recorrido en la "Hacienda La Esmeralda". Lo primero que me impresionó al solo de bajarnos del auto fue el olor intenso del cacao que se despide por el proceso de fermentación. Para mí, que sufro de un olfato muy sensible, fue demasiado agudo y amoníaco, sin duda un olor inesperado y con el cual nos tocó trabajar. Claro, tras un par de horas te acostumbras. Otro detalle inolvidable de esta grabación fue cuando, entrando al bosque para filmar una secuencia con Alejandra probando la semilla del cacao, vamos leyendo un letrero que te advierte que ¡aquí existen culebras! Basta decir que esta secuencia la sufrimos al solo pensar que estábamos rodeados y sin poder verlas bien porque las culebras van camufladas entre las hojas caídas. Yo al menos miraba el suelo cada otro segundo para asegurarme de no pisar algo en movimiento... ¿Cómo calmamos los nervios? Pues de la mejor forma: comiendo la fruta del cacao y chocolate. ¡¡¡Mucho chocolate!!! La experiencia en su totalidad fue increíble, los de la Hacienda La Esmeralda deslumbraron y estos momentos quedan como buenas anécdotas de lo vivido.
Cuando se come... ¡se come! No siempre es posible parar la producción para comer. Muchas veces terminamos haciendo meriendas entre grabaciones para no perder el tiempo ni perder la luz de día. ¿Cómo lo resolvemos? Asdrúbal, si escucha un paletero, tras de él se va, aprovechando comprar un par de paletas. Alejandra saca de su bolso su icónica barrita nutritiva de sabor maní o chocolate, y yo, pues, recibo de los dos, aunque muchas veces me aguanto el hambre (el trabajo me hace perder el apetito en pleno rodaje). Pero lo que ven aquí es lo que disfruté después de una jornada larga. Es uno de mis platos favoritos costeros: pasta con almejas, hecha con salsa de vino blanco. Logramos sentarnos para comer como se debe, en un restaurante al aire libre en la playa, con la arena entre los pies... al estilo Cabarete.
Piernas guindando. Era casi mágico ver Alejandra sentada en el catamarán en lo que se le llama la pasarela (lo que se convierte en el embarque y desembarque como una escalera). Para lograr esta toma con sus piernas guindando, deleitándose sobre el mar de postal, lo hicimos alzando el drone mientras navegamos las aguas idílicas en la provincia de La Romana. Nos retrasamos mucho en llegar a la Isla Catalina por esto de grabar con el drone porque los primeros intentos, el drone pasaba demasiado cerca de la cara de Alejandra, elevando tensiones de todos abordo del catamarán. Por un lado, Asdrúbal no podía ver dónde estaba el drone por el techo del barco. Por el otro, el drone luchaba contra el viento y la rapidez del barco. ¿Cómo lo solucionamos? Paramos el barco, así pudimos al menos controlar mejor el drone y lograr una serie de tomas dignas de la República Dominicana.
¡Camará lenta resulta en una angustia intensa! Buscando quizás la imagen clásica de los pasatiempos en la República Dominicana, quisimos grabar a niños jugando béisbol y hacerlo estilizado, grabándolos en cámara lenta. Los hallamos jugando en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte. Fíjate detalladamente en la foto... Para obtener este ángulo se le ocurre a Asdrúbal ponerse detrás del catcher. Arriesgándose, sin pensar en que la pelota podría saltar del bate o escaparse del catcher como fuera, llegaría a romperle su cámara. Me llegó contando de su experiencia surreal pero no entendí muy bien la gravedad de la situación hasta que vi las tomas y, de acuerdo, ¡fue demasiado riesgoso! No creo que lo hagamos nuevamente, pero por su valentía, esa toma tiene mención aquí.
Tertulia al fresco en la Plaza de España. Cualquier viaje me queda incompleto si no le doy gusto al paladar. Por eso, tras haberlo visto varias veces mientras grababa la icónica Plaza de España, regresé para disfrutar de una tarde al fresco en el renombrado brasserie "Pat'e Palo" y de las creaciones del gran Chef Saverio Stassi. La tertulia incluía una copa de sangría y el aperitivo popular "Crispy Apple" hecha de fondue de parmesano, confitura de cebolla & jengibre, coronado con camarones salteados. Además de contemplar estos sabores me quedé pensando en el legado del sitio en dónde me encontraba… En este edificio se fundó la primera taberna de las Américas unos 500 años atrás, en 1505. Esta parada me satisface tanto el apetito como mi sed por la cultura.
Entretanto y entre tomas... En Destinos, nos pasamos varias horas grabando por varios días y Alejandra espera mucho tiempo mientras cuadramos escenas o secuencias, revisando tomas o en este caso esperando que lleguen por nosotros. Saqué esta foto cuando eran ya pasadas las nueve de la noche en la zona colonial. La ven simplemente acomodada en una banqueta, iluminada por la luz que emite la pantalla de su celular. Siempre admiro la forma en que ella tiene de meterse en su mundo, no importa dónde estemos y en que condiciones. Es mi presentadora milénica que se adapta a todo... Eso si tiene el celular a la mano y puede estar "conectada".
La ventana azul. Viajar con Destinos me permite acceso a un sinfín de cosas lindas y experiencias únicas y, a veces, como esta, convierte a los momentos simples y sencillos en extraordinarios. Tomada desde mi taxi, camino hacia al aeropuerto Internacional de Las Américas "SDQ". Durante el recorrido que duró aproximadamente 30 minutos, pude soñar en vivo. Si todos mi viajes al aeropuerto tuvieran este enmarco de mar, las despedidas serían mucho más mágicas. Hasta pronto, y nos vemos en un próximo encuentro "del otro lado".