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FOTOS | Los bares más originales de Bangkok
Ubicado en el Hotel Novotel Fenix, el bar Maggie Choo's recuerda el glamour de Shanghai en la década de 1930. Abrió en el 2013 y es uno de los bares más sensuales de Bangkok para tomar vinos finos y cocteles, mientras oyes a grupos de jazz en la noche. También tiene un delicioso restaurante de comida thai y china. Recorre esta galería para conocer otros bares increíbles de la capital de Tailandia.
Fue diseñado por el australiano Ashley Sutton, quien transformó dramáticamente el aspecto y el ambiente de los bares de Bangkok cuando llegó a la ciudad, a finales de la década pasada.
A pesar de estar detrás del concepto de muchos bares en Bangkok, el único que Sutton posee actualmente es el A R. Sutton & Co Engineers Siam. En la foto, Sutton sentado en uno de los 'cohetes' de este bar.
El A R. Sutton & Co Engineers Siam tiene muy bien ubicados accesorios de metal, luces en espiral y muebles antiguos. El lugar también es una destilería de ginebra y la oficina de Sutton.
El Red Sky es un bar pretencioso, ubicado en un piso 55. Se destaca por sus arcos de colores cambiantes y su bar luminiscente, además de que ofrece unas vistas panorámicas increíbles de la ciudad.
Si pudiéramos ir a un elegante club nocturno en la antigua China, se parecería mucho a un lugar como el Sing Sing Theater (o simplemente el Sing Sing). Está iluminado por luces rojas y cada noche presenta una película del siglo XX en una pantalla de metal. Las actuaciones en vivo -desde grupos de danza burlesca hasta comediantes- son frecuentes.
El Sing Sing abrió en el 2015 y se caracteriza por sus diseños chinos. Pasajes secretos y escaleras simétricas ayudan a darle un ambiente misterioso al lugar. Es uno de los más populares la capital de Tailandia.
El bar Smalls es una suntuosa mezcla de paños de color carmín, suelo de baldosas rococó y arte contemporáneo. Está en Suan Phlu Soi, que en el último año se ha convertido en un extraño refugio de bares y restaurantes relajados. Tiene tres pisos y fue fundado por David Jacobson y Bruno Tanquerel.
“Queríamos un ambiente relajado, funky y parisino que no se tomara a si mismo muy en serio. A nosotros nos gusta la originalidad del diseño y disfrutamos crear atmósferas donde la gente se sienta en casa instantáneamente”, dice Jacobson, uno de sus fundadores.
El bar The House on Sathorn está en una edificación que antes era sede de la embajada de Rusia y ahora es parte del Hotel W Bangkok, que está justo al lado. Su diseño interior rinde homenaje a la historia de la casa y se inspira en la elegancia de la realeza rusa y tailandesa.
Después de tres años de remodelaciones, esta mansión colonial de 126 años ha reabierto sus puertas como destino ideal para beber y comer algo gracias al bar The House on Sathorn.
Si estás en Bangkok no puedes dejar de ir al Namsaah Bottling Trust, un bar/restaurante de cocina tailandesa, ubicado en una casa de principios del siglo XX, que antes fue oficina de empresa embotelladora, sede central de un banco y residencia de los consejeros de los reyes. Hoy, está lleno de adornos orientales, tejidos regionales y muebles antiguos.
Si vas caminando por las calles de Bangkok y pasas frente al Namsaah Bottling Trust es imposible no detenerse a mirar la fachada de la casa, de un rosado brillante.
Una de sus estrellas es el famoso chef Ian Kittichai, con exitosos restaurantes en otras ciudades como Mumbai, Hong Kong, Barcelona y Nueva York.
Hay un bar dedicado a la ginebra en Bangkok. Se llama Teens of Thailand y sus paredes de concreto desnudo están adornadas con fotos mayoritariamente lascivas.
Los cocteles de este bar dedicado a la ginebra son hechos por y sus cocteles son hechos por Niks Anuman-Rajadhon.
El Tep Bar es la respuesta de Kong Kangwarnklai a la falta de identidad auténticamente tailandesa de Bangkok, que en los últimos años se ha llenado de influencias foráneas. Lo cofundó en el 2015 con tres socios, en una casa centenaria de dos pisos, en la concurrida zona de Soi NaNa, en el margen de Chinatown.
Lo más sorprendente de este espacio son las hileras de bloques cubiertos de oro entre las paredes de concreto, un inteligente guiño a tiempos antiguos en que los Siameses enterraban Budas de oro entre el cemento para esconderlos de los invasores.