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FOTOS | La frontera de Colombia y Venezuela: la dura realidad de los venezolanos en Norte de Santander
El punto conocido como La Parada es el primer punto de encuentro de venezolanos en Colombia luego de cruzar el Puente Internacional Simón Bolívar. En este lugar confluyen miles de inmigrantes que han encontrado allí un lugar donde buscar su sustento diario.
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Según las autoridades del municipio de Villa del Rosario, Norte de Santander, donde queda el sector de La Parada, hay unos 3.000 vendedores ambulantes, en su mayoría venezolanos.
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Este puesto de comidas en la frontera de Colombia y Venezuela ofrece perros calientes, empanadas, pasteles y jugos por unos 0,30 centavos de dólar cada uno.
Melissa Velásquez / CNNEE
Dos niños sentados frente a un puesto callejero de venta de zapatos en Villa del Rosario, Norte de Santander.
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Bajo un sol de mediodía, con una temperatura promedio de 34ºC, estos vendedores ofrecen pan en la frontera por 2.000 pesos colombianos, algo de menos de un dólar por unidad. :
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Estas inmigrantes venezolanas venden todos los días en la frontera arepas rellenas de queso y jamón por unos 0,30 centavos de dólar.
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La mayoría de vendedores de este punto son venezolanos. Aquí se comercia de todo: alimentos, dulces, bebidas, cigarrillos, medicamento e inclusive algunas mujeres se han visto obligadas a vender su pelo para tener con qué sobrevivir temporalmente.
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Un cartel en La Parada promociona la venta de cigarrillos en unos 1,4 dólares.
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En este puesto callejero en Villa del Rosario se arreglan celulares y se les hace mantenimiento técnico.
CNN
Uno de los oficios informales en la frontera son los cargueros, personas que por unos 3.000 o 5.000 pesos (entre 1 y 1,5 dólares) cruzan cargas al hombro hasta el otro lado de la frontera.
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Los silleteros también ofrecen sus servicios para transportar a personas enfermas o discapacitadas entre los dos países.
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Un grupo de venezolanos también tiene un puesto de tatuajes en el sector, donde desde 10.000 pesos (unos 3 dólares) tatúan a sus clientes.
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Una niña sostiene una caja con productos para la venta como galletas, bocadillos y cigarrillos.
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Según Migración Colombia, por el Puente Internacional Simón Bolívar entran y salen cada día unos 70.000 ciudadanos venezolanos. De estos, cerca del 5% lo hacen para no regresar a su país.
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Según dijo Cristian Kruguer, director de Migración Colombia, el Puente Internacional Simón Bolívar (que queda a unos metros de este punto) se ha convertido en un "puente de esperanza para un pueblo que agoniza".
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Miles de venezolanos cruzan cada día a Colombia para comprar insumos personales.
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José Moreno es uno de los miles de vendedores venezolanos que están en el sector de La Parada, en Villa del Rosario, Norte de Santander, Colombia. Él describe la difícil situación que pasan muchas personas en Venezuela por falta de alimentos y medicinas y le pide al presidente Nicolás Maduro que “tome conciencia” de la crisis que enfrentan miles de venezolanos. "Ya se le pasó el cuarto de hora", le dijo este venezolano a Nicolás Maduro.
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Esta mujer camina hacia Venezuela desde Colombia llevando productos de aseo, entre otros.
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Otros, como este personaje a la izquierda, compran alimentos básicos en Colombia.
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Unos kilómetros más adentro de Villa del Rosario, en Norte de Santander, un hogar de paso llamado Divina Providencia ofrece desayunos y almuerzos diarios a entre 4.000 y 5.000 venezolanos que no tienen cómo alimentarse.
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Allí cada día llegan hombres, mujeres y niños, que han tenido que hacer largas filas para tener un plato de comida.
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Niños comiendo en el hogar de paso de Villa del Rosario, La Divina Providencia.
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Cientos de migrantes pasan por este hogar de paso en Cúcuta, Norte de Santander, antes de continuar su viaje caminando hacia el interior del país, huyendo de la crisis en Venezuela. En este hogar, la Cruz Roja les da un kit de aseo y objetos personales para solventar el frío al que se enfrentarán. ¿Por qué caminan? No tienen cómo pagar los pasajes.
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Este grupo de venezolanos salen de un hogar de paso donde se les da asistencia a los viajeros venezolanos que emprenden sus viajes hacia otras ciudades. Oscar Murillo, uno de los caminantes (en el centro) le dijo a CNN en Español las razones de su viaje: "Por lo menos nosotros queremos una mejor calidad de vida. Queremos ayudar a nuestras familias, queremos poder pasarles a ellos, para que así como nosotros estemos bien acá y nos vaya bien acá, ellos también puedan estar bien. Que es nuestro principal objetivo, ayudar a nuestras familias y todo eso".
Esta es la lista de precios de un viaje desde la frontera tanto a diferentes ciudades de Colombia como a países como Ecuador, Perú y Argentina. Ir hasta Bogotá puede costar 42 dólares desde Norte de Santander; a Quito, 135 dólares; a Lima, 235 dólares; a Santiago de Chile, 285 dólares y a Buenos Aires, 530 dólares.
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Este es el Puente de Tienditas, en Norte de Santander, donde se encuentra el punto de acopio de la ayuda humanitaria enviada por Estados Unidos para Venezuela. Es una megaobra de infraestructura que se creó para conectar a los dos países, pero que no ha sido inaugurado.
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Estos son los kits de alimentos que fueron adquiridos en el mercado local por Usaid para atender a los venezolanos más necesitados. La ayuda humanitaria está en el centro de acopio de Tienditas, Norte de Santander.
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Suplementos nutricionales ricos en proteínas y energía, conocidos como suplementos nutricionales listos para el uso (RUSF, por sus siglas en inglés). Estos tienen como objetivo alimentar a cerca de 3.500 niños que sufren de desnutrición durante un periodo de dos meses, según Usaid.
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Estos son los kits de higiene personal para los venezolanos que constan de jabón, cepillos de dientes, crema dental y otros artículos de higiene personal para ayudar alrededor de 25.000 personas a mantenerse saludables y prevenir enfermedades.
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Un grupo de profesores se manifestaron el 15 de febrero en el Puente Simón Bolívar contra el Gobierno de Nicolás Maduro, pidiendo el ingreso de la ayuda humanitaria que está en el puente de Tienditas, cerca de la frontera.
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Alberto Omaña es un profesor jubilado que este 15 de febrero se paró, con un grupo de profesores venezolanos, a manifestarse contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Desde el Puente Internacional Simón Bolívar, Omaña les pidió a los venezolanos movilizarse masivamente el 23 de febrero. Además, dice que el salario de jubilado no le alcanza.